Plataforma segura de vigilancia y analítica desplegada para administraciones públicas en Ceuta y Melilla que centraliza datos epidemiológicos y respalda la toma de decisiones. El sistema estandariza la recogida de datos de clínicas, laboratorios y equipos de campo, aplicando reglas de validación en el punto de entrada para mejorar la calidad desde el primer día. Los responsables acceden a paneles con curvas de incidencia, desgloses demográficos, mapas y alertas configurables que señalan anomalías y posibles brotes de forma temprana. Módulos específicos por enfermedad capturan variables estructuradas para condiciones prioritarias y permiten a profesionales seguir cohortes en el tiempo. Los analistas pueden profundizar por edad, sexo, comorbilidades y ubicación; exportar conjuntos de datos para estudio avanzado; y anotar eventos relevantes directamente en las series temporales para aportar contexto. La plataforma incluye control de acceso por roles, sólidos registros de auditoría y herramientas de consentimiento y privacidad alineadas con RGPD y los estándares de gobernanza de datos del sector público. La interoperabilidad fue un objetivo central: canalizaciones de importación/exportación y APIs permiten que la plataforma conviva con registros y sistemas de notificación existentes. El resultado es un lenguaje común para los datos de salud, ciclos de retroalimentación más rápidos entre el personal de primera línea y los responsables políticos, y una base duradera para la planificación sanitaria a largo plazo.
Los datos de salud pública son heterogéneos, tardíos y a menudo incompletos. Tuvimos que armonizar formatos dispares en un esquema común, crear ETLs con verificación y desduplicación y dotarnos de una capa de metadatos que preserve la procedencia para que los analistas confíen en lo que ven. Seguridad y privacidad eran innegociables, exigiendo cifrado, estricta segregación de accesos y auditoría exhaustiva, sin dejar de ofrecer una experiencia asumible para personal clínico con poco tiempo. También hubo que equilibrar la simplicidad para el reporte rutinario con la profundidad para el análisis epidemiológico. La UI debía ser rápida en infraestructuras ajustadas y la arquitectura tenía que admitir nuevos módulos e indicadores sin interrumpir operaciones en múltiples organismos.
Las autoridades de Ceuta y Melilla trabajan ahora con una visión unificada y casi en tiempo real de la salud poblacional. La estandarización redujo el trabajo manual de consolidación, la calidad de los datos mejoró gracias a la validación y a los bucles de feedback, y las alertas configurables sacan a la luz problemas antes para intervenir de forma más dirigida y oportuna. La colaboración entre equipos aumentó al sustituir hojas de cálculo y métricas divergentes por paneles y definiciones comunes. El diseño modular del sistema ha demostrado ser adaptable a medida que se priorizan nuevas condiciones e indicadores. Al anclar las decisiones en datos consistentes y ofrecer herramientas de exploración, la plataforma refuerza la preparación, la asignación de recursos y la estrategia sanitaria a largo plazo.